La silla de Fellini


Uno de mis primeros trabajos en el IUESAPAR, consta de una silla elaborada totalmente con piezas de hierro encontradas. Era retorcida, y sentarse allí no debió ser cómodo. Formaba parte de una serie que nunca se completó que se llamó La historia de las sillas, inspirado en una canción de Silvio Rodríguez, del mismo nombre. Eran sillas de imágenes aéreas, casi flotantes. La idea era concederle a este material tan pesado cierta liviandad. Entonces tomaron formas de insectos. Esta pieza en particular, estaba recargada pequeños pedazos de hierro ondulado, a manera de adornos. Comienza el deseo de recobrar de la basura objetos o piezas que, por su forma o condición, puedan servir como base para la interpretación de nuevas posibilidades de composición artística, así también como una manera de relacionarse con el material, que muchas veces insinúa el objeto que quiere ser. Participó en el Salón Juan Lovera 1996. Se encuentra desaparecida.

3 comentarios:

RENATA dijo...

te felicito por tu arte!!...me encantaron los dibujos.
saludos!.

Eleafar Cananita dijo...

como desaparecida! pobre insecto. espero no acabara estampado en el parabrisas de un auto... pobre conductor.

Jose Urriola dijo...

Seguro que fue allí, sentado en su silla -quién dijo que todas tenían que ser cómodas, hay sillas que sirven para otras cosas-, que a Fellini se le ocurrió esa secuencia gloriosa al inicio de 8 1/2 donde Marcelo Mastroianni está atrapado en una cola en un túnel y de pronto se sale por la ventana del auto y vuela, vuela hasta salir del túnel, hasta la playa, hasta hacerse cometa.
La silla no está desaparecida, la debe tener Fellini a buen resguardo.