Roccocuchi: Roccocuchi

SOL Y CARNE

¡Si volviera el tiempo, el tiempo que fue!Porque el hombre ha terminado, el hombre representó ya todos sus papeles.En el gran día, fatigado de romper los ídolos,resucitará, libre de todos sus dioses,y, como es del cielo, escrutará los cielos.El ideal, el pensamiento invencible, eterno,todo el dios que vive bajo su arcilla carnalse alzará, se alzará, arderá bajo su frente.Y cuando le veas sondear el inmenso horizonte,vencedor de los viejos yugos, libre de todo miedo,te acercarás a darle la santa redención.Espléndida, radiante, del seno de los mares,tú surgirás, derramando sobre el Universocon sonrisa infinita el amor infinito,el mundo vibrará como una inmensa lirabajo el estremecimiento de un beso inmenso...El mundo tiene sed de amor: tú la apaciguarás,¡oh esplendor de la carne! , ¡oh esplendor ideal ¡Oh renuevo de amor, triunfal auroraen la que doblegando a sus pies los dioses y los héroes,la blanca Calpigia y el pequeño Eros cubiertos con nieve de las rosaslas mujeres y las flores su bellos pies cerrados!
Arthur Rimbaud

No leas. Mira las figuras blancas que dibujan
los intervalos que separan a las palabras de
muchas líneas de libros, e inspírate en ellas.
Dale a los demás a guardar tu mano.
No te acuestes sobre las murallas.
Retoma la armadura que te has quitado
a la edad de la razón.
Pon al orden en su lugar, desarregla las
piedras del camino.
Forma tus ojos cerrándolos.
Dale a los sueños que has olvidado,
el valor de lo que no conoces.
No prepares las palabras que gritas.
Róbale el sentido al sonido, hay tambores
velados hasta en las vestiduras claras.
Habla según la locura que te ha seducido.
Lo que encuentras sólo te pertenece
mientras tu mano está tendida.
Hazles la sorpresa de no confundir
el futuro del verbo tener, con el pasado
del verbo ser.
Al que pida ver el interior de tu mano,
muéstrale los planetas no descubiertos en el cielo.
Abstente de lo que tiene la cabeza
sobre los hombros.
Regula tu marcha con la de las tormentas.
Mira la flor de la enredadera; no deja oír.
El juicio original (extractos)
André Breton & Paul Éluard

El artista perpetúa el juego de la sorpresa, quiere cubrir aquello que lo sobre pasa. Su acción quiere cubrir un deficit. La vida ya no es un acto de entendimiento, sino una forma de desencadenar un proceso. El arte entre el testimonio y la magia, entre una constatación y una revelación. Siempre ha sido fruto de la relación del artista con lo circundante, su tiempo, su lugar, un testimonio de esa relación y el fruto de esa relación. La magia está en el hecho que el artista no levanta testimonio de un acto, sino que revela una imagen.
Luis Felipe Noé

11 feb 2012

Roccocuchi

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